En las bodas puede ocurrir de todo, y aunque esta ceremonia pareciera sacada de una novela al ser interrumpida por un gato, en verdad ocurrió en Brasil durante la unión de Bruna Rizzo y Paulo Henrique Camargo.
Dos de los fotógrafos contratados para la boda fueron advertidos que había la presencia de un gato en los alrededores de la iglesia y que no tenían de que preocuparse porque el párroco eran gentil con los animales.
El padre de la parroquia tiene la costumbre de alimentar a los gatos en situación de calle, uno de ellos era un gato negro que ya había sido visto por Timoteo, uno de los fotógrafos de la boda
Algo que nadie se imagino en la boda es que este gato interrumpiría la boda, Timoteo ya había registrado varias fotografías del gato merodeando la iglesia, cuando ya la ceremonia había comenzado sin ninguna complicación hasta que este gato negro entró a la iglesia.
A este divertido felino le pareció una estupenda idea echarse a descansar en la cola del vestido de la novia, los primeros en notar su presencia fueron los dos fotógrafos de la boda
Rápidamente todos en la iglesia comenzaron a reír por lo que pasaba, hasta que el novio se percato de lo que sucedía y se unió a la diversión, los dos fotógrafos no perdieron oportunidad en documentar al gato durmiendo.
Paulo Henrique le indicó a su futura esposa que en la cola de su vestido había un adorable gato haciendo la siesta, ella un poco asustada y entre risas nerviosas le hizo saber a Paulo que no quería mirar
El hermano de Bruna fue el encargado de tratar de quitar al minino del vestido, pero él insistía en permanecer allí. Gracias a esto, el padrino de la boda decidió hacerse cargo, tomando al animal y sosteniéndolo entre sus brazos por un buen rato.
La boda continuo sin ningún otro retraso donde el protagonista de la ceremonia fue este divertido gato que vio que dormir encima del vestido de la novia sería una excelente idea.