Lo primero que tienes que saber es que la temperatura de un gato de oscilar entre los 38 C y 39,5 C, si tu gato supera este número esta considerado como fiebre, por lo que su salud puede estar corriendo peligro.
Existen distintas causas de la fiebre en los gatos, como lo puede ser:
- Tumores, los cuales acostumbran a afectar más a gatos ancianos que jóvenes.
- Enfermedades virales o bacterianas, como el moquillo, la leucemia o la bartonelosis.
- Infecciones virales, bacterianas o fúngicas de carácter más leve.
- Gripe y resfriado común.
- Pancreatitis.
- Lupus.
- Ingesta de medicamentos como efecto secundario.
Los síntomas en gatos con fiebre son:
- Nariz reseca: como los perros, los gatos suelen tener la nariz húmeda en todo momento, y cuando desarrollan un cuadro de fiebre, tiende a secarse.
- Pérdida del apetito: el mal estado general que está experimentando su cuerpo le lleva a no querer comer como de costumbre.
- Disminución del consumo de agua: los gatos no suelen ser animales que acostumbren a beber grandes cantidades de agua, por lo que reducirlas puede suponerles graves consecuencias.
- Apatía, falta de energía: en especial si tu felino es un animal muy movido y enérgico, verlo sin ganas de jugar, correr o saltar es un claro indicio de que algo le ocurre.
- Falta de higiene personal. Los gatos son animales extremadamente pulcros, descuidar su aseo no es propio de ellos y nos indica que su salud no se encuentra en perfectas condiciones.
- Puede sufrir de escalofríos, temblores o una respiración acelerada, diarrea, vómitos, estornudos o tos.
Para ayudarlo a que se sienta mejor sigue los siguientes consejos:
- Hidratación: uno de los síntomas de la fiebre es la disminución de agua, lo primero que debes hacer es hidratar a tu gato, en caso de no desear, ayúdalo con una jeringuilla y proporciona la cantidad de líquido que necesita, siempre con cuidado y lentamente.
- Dieta: debes incitar a tu felino a comer proporcionándole comida que cubra sus necesidades nutricionales y, a la vez, sea apetecible. Para ello, opta por una dieta húmeda o una dieta casera
- Comodidad. Busca un lugar en tu casa libre de humedades y cálido para colocar su cama ahí.
- Compresas húmedas: humedécelas con agua fría, colócalas sobre su frente y déjalas actuar durante algunos minutos. Luego, retíralas y aplícalas sobre sus patas y zona del abdomen e ingles de la misma forma, seca bien las zonas húmedas y repite este proceso dos veces al día.
Si pasadas las 48 horas tu gato sigue presentando síntomas de fiebre tienes que recurrir rápidamente al veterinario para dar con la causa de este malestar y conseguirle una solución.