Si bien criar un gato es más sencillo que criar a un perro, nunca se nos debe olvidar que como padres o madres gatunos, hay que cuidar la forma en que les enseñamos las cosas. Si se le da demasiada atención, muy probablemente, al crecer tu mascota, esta se vuelva arisca, pero si le damos muy poca, pueden desarrollar una conducta destructora para únicamente llamar tu atención! Es por eso que siempre debe haber un balance.
Por otra parte, los perros son completamente diferentes a los gatos, a pesar de que también sean mascotas domésticas. Los gatos son solitarios, independientes y menos jerárgicos. Por eso a los perros se les llama “El mejor amigo del hombre”, mientras que a los gatos a veces parece que les damos igual.
Entonces, ¿qué debo hacer? Cumple estos consejos al pie de la letra y verás que tu relación con tu gato se desarrollara de manera espectacular:
- Los gatos NO son perros. Los perros dependen mucho de sus dueños, siendo así que cuando nos vamos de la casa, éstos no dejan de llorar, o cuando llegamos se emocionan muchísimo. Los gatos, por otra parte, son mucho más independientes y solitarios. Les es indiferente si estamos en casa o no, o al menos así se comportan. Es por ello que cuando queremos darle cariño a nuestro gato, hay que entender que no van a reaccionar igual de animados y emocionados que los perros y hay que disfrutar de su compañía.
- Adoptarlo al nacer. Este es un error muy común que los dueños primerizos a veces no contemplan. Los gatos se apegan a la madre hasta que tienen un mes aproximado de vida, ya que es cuando ellos cumplen el tiempo necesario para el destete, y no dependen de la madre para alimentarse. Separar a los gatitos antes de tiempo les puede generar serios problemas de salud, así como también inconvenientes para desarrollar un vínculo con quién sería su nuevo dueño. Además, durante ese período inicial de vida, la madre se encarga de enseñar al mínimo a cómo vivir y los comportamientos natos de los gatos, incluyendo los instintos de supervivencia.
- No vacunar o desparasitar: Este error viene casi siempre de la mano con el punto anterior. Muchos dueños primerizos tienden a olvidarse de la importancia de la salud de los gatos y de cuidar que estos no estén enfermos y tengan todo en regla antes de llevarlo a casa. Muchas madres gatunas tienen a sus hijos en las calles o zonas que no están limpias, lo que podría lograr que estos gatitos nazcan con enfermedad que se deben tratar de inmediato. Es por ello que siempre se deben llevar las mascotas al veterinario después de adoptarlas.
- No cuidar la ingesta de bolas de pelos. Los gatos son sumamente limpios. Esto se debe a la naturaleza de su lengua, que es áspera, para ayudarles a mantener una higiene personal adecuada. Los gatos al limpiarse y bañarse con sus lenguas, siempre van tomando pequeños trozos de su pelaje hasta que llega un punto en que no pueden más y vomitan las famosas “bolas de pelos”. Para evitar al máximo el daño que estas bolas de pelo pueden ocasionar en los estómagos de nuestros peludos mininos, existen medicamentos muy buenos a base de malta que son naturales, para fortalecer la digestión y defensa del sistema de ellos y evitar cualquier tipo de enfermedad que puedan padecer a causa de esto.
Como verás, nuestros gatos son bastante independientes, pero no se puede negar que dependen de nosotros para muchas cosas, por algo son mascotas, y es por eso que estamos para ellos. Procura seguir estos pasos y evitar estos errores si quieres adoptar un minino y tener un excelente desarrollo en su amistad y relación. ¡De esa manera, podrás tener un compañero sano y lleno de energía para que te acompañe!