Los Bull Terrier fueron creados en el siglo XIX por James Hinks, un apasionado a los perro que tenía una gran predilección con los Terrier y los Bull, a lo que le hizo pensar en cruzar ambas razas.
Su objetivo era conseguir un perro con lo mejor de cada raza que no estuviera relacionado a las peleas, quería una mascota casera y que fuera vistoso y físicamente superior a otras razas.
Hinks mostró por primera vez un ejemplar de Bull Terrier en un espectáculo de Birminghan en el año 1865, utilizando más de dos razas para el resultado final, lo más probable es que utilizada un dálmata, un Bulldog y el extinto Terrier Blanco Inglés.
La figación que Hinks por los perros blancos hicieron que los primeros ejemplares de Bull Terrier fueran de color blanco, lo que hizo que los bautizaran como los “caballeros blancos” ya que eran perros de alta posición social en la Londres de la época.
Los Bull Terrier tienes una gran energía, necesitan mucha actividad física constante, además cuentan con una capacidad de aguante muy alta, son muy fuertes, testarudos y algo despistados, por lo que adiestrarlo puede ser una tarea difícil, normalmente les gusta estar en compañía y no soportan quedarse solos ya que se aburren y pueden causar destrozos bastantes importantes en el hogar.
Aunque muchas personas piensen lo contrario, los Bull Terrier son perros que se adaptan muy bien a la familia, necesitan de estar en compañía constante, por lo que es una muy buena raza para tener en casa.
Debido a su tamaño y fuerza, los Bull Terrier son perros que requieren de una buena cantidad y calidad de comida, esto debe ir acompañado de una buena jornada de ejercicios físico y mental.
Son perros fuertes, potentes y con buena condición física, aunque al llegar a la edad adulta pueden sufrir de distintas enfermedades asociadas a su raza, son propensos a quedarse sordos, sufrir de Síndrome Disociativo Canino, problemas de corazón, cutáneos y renales, aunque su esperanza de vida es entre los 10 y 12 años.